La salud de la economía se muestra a través de la evolución de las reservas internacionales del Banco Central. Se trata de un indicador que vislumbra los recursos dispone la Argentina para hacer compras en el extranjero y para respaldar al peso, la moneda nacional. Por esa razón, la gestión de la presidenta Cristina Fernández intenta transmitir tranquilidad con respecto al nivel de reservas internacionales y negar la existencia de una crisis, a un año de dejar el poder. “Si bien la Argentina no atraviesa una crisis terminal, el escenario actual pone en evidencia las consecuencias de los desequilibrios acumulados a lo largo de la última década”, señala el último reporte del Banco Ciudad de Buenos Aires.
En lo que respecta a las reservas internacionales, si bien es cierto que este año podría culminar mejor de lo previsto unas semanas atrás, buena parte de esta performance respondería a factores más transitorios que permanentes. La parcial recomposición observada por estos días en las reservas del Banco Central está basada en la activación del primer tramo del swap de monedas firmado con China, por U$S 814 millones , a los que podrían sumarse en las próximas semanas un nuevo préstamo del Banco de Francia y una mayor liquidación de divisas de los grandes exportadores de cereales y oleaginosas.
Moneda china
Según el acuerdo firmado en julio, el BCRA podrá solicitar desembolsos de hasta 70.000 millones de yuanes (U$S 11.000 millones) y depositar el equivalente en pesos en el BPC, con un plazo de reintegro de hasta 12 meses, lo cual en los hechos funcionará como un préstamo a un año, pudiendo ser utilizados los yuanes para financiar importaciones desde el país asiático.
En este sentido, durante 2013 las compras externas a China rondaron los U$S 11.400 millones, por lo que el actual tramo equivale a poco más de un mes de importaciones desde la segunda economía mundial. En segundo lugar, las divisas servirían para engrosar las alicaídas reservas internacionales del BCRA. La entidad monetaria local aclaró que otros países de la región, como Bolivia y Chile, contabilizan la moneda china como parte de sus reservas, todo esto a pesar de que los yuanes solamente son convertibles en algunas plazas internacionales.
Según lo acordado con los exportadores, la liquidación de divisas del agro debería sumar U$S 5.700 millones en el último trimestre del año, aunque este ingreso de dólares resulta de muy difícil concreción.
Esto se debe a que el grueso del retraso en las liquidaciones no responde a ventas retenidas por la agroindustria, sino al elevado stock de granos que permanece guardado en silos bolsa por los productores, los cuales se muestran reacios a desprenderse de la cosecha. De allí la necesidad de las gestiones del actual presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, por avanzar con las gestiones ante los exportadores, con el fin de lograr el acceso a mayor nivel de divisas.
Las proyecciones
Con todo, tanto el swap de monedas con China, como los eventuales préstamos bilaterales y el anticipo de liquidaciones, son divisas que brindan cierta tranquilidad a corto plazo, pero que deberían devolverse en 2015 y/o restarían ingresos de dólares de la próxima campaña agrícola, señala el reporte del Banco Ciudad. Si a estos ingresos transitorios se restan además los pagos de deuda pública que permanecerán depositados en el BCRA, al no poder girarse los fondos al exterior ante los riesgos de embargo asociados al conflicto con los “holdouts”, las reservas netas de estos fondos posiblemente finalicen 2014 más cerca de los U$S 24.000 millones que de los U$S 28.000 millones actuales.
Por otro lado, la incertidumbre no se vincula tanto a cómo culminará 2014, si no a cómo se hará frente a la escasez de divisas proyectada para 2015.
En este escenario, el Banco Ciudad de Buenos Aires considera que aumentan los incentivos para que el gobierno intente encarar una negociación con los “holdouts” en 2015, una vez vencida la cláusula RUFO (impide al país ofrecer mejores condiciones de pago a los fondos buitres que aquellas incluidas en sus canjes de deuda), aunque ello no garantiza un acuerdo exprés, ni que las negociaciones necesariamente lleguen a buen puerto. “Asimismo, a ello ahora se suma que el 30 de octubre se cumplió el mes de gracia que tenía el país para realizar el pago de los bonos Par de los canjes 2005 y 2010, aumentando las cantidad de series que se encuentran en default por no pago, lo cual podría derivar en una aceleración de parte de la deuda en default, a sumarse al conflicto con los holdouts”, recuerda.